miércoles, 28 de noviembre de 2012

Liberación sexual o dependencia


Michel Foucault y la condición gay
de Rubén H. Ríos


La obra inconclusa de Foucault, la Historia de la sexualidad, de la cual se publicaron tres tomos de los seis proyectados por su autor, se constituyó en una herramienta central en los estudios gay/lesbianos, la teoría queer y el feminismo, lo que llevó al autor de este ensayo a analizar esta obra y las repercusiones que en estas teorías generó.
En el primer tomo, La voluntad de saber, Foucault descubre el origen de un fenómeno propio del siglo XIX, la proliferación de saberes acerca de la sexualidad (entre ellos el psicoanálisis) en los comienzos del cristianismo, donde se conformó una scientia sexualis opuesta al ars erótica de las culturas orientales. Mientras la primera tiene como objeto la verdad del sexo, esta última apunta al arte de producir placer. Foucault se pregunta el porqué de esta diferencia, revelando que, tanto el cristianismo como la moral burguesa, su continuación, lejos reprimir la sexualidad, produjeron una serie de discursos y prácticas generadoras de mecanismos de poder que penetran los cuerpos, a los que llamó “dispositivos de sexualidad”.
La homosexualidad, según esta lógica, es el resultado de la “implantación de las perversiones” operado por el dispositivo de sexualidad de la scientia sexualis. La forma que propone Foucault de liberar al movimiento gay es afirmarse a partir de la propia identidad sexual y crear nuevos usos de los placeres por fuera de la genitalidad, descubriendo nuevas zonas de intensidad en el cuerpo.
En el segundo volumen de la obra, El uso de los placeres, encuentra que en la Antigüedad, las prescripciones con respecto al sexo tendían a la moderación, al dominio de sí. Evitar dejarse esclavizar por las pasiones corresponde a una moral que rechaza la hybris, el exceso. La libertad, mediante el dominio de sí, evitaría los abusos de poder. Foucault toma esta ética pagana de los placeres en la formulación de su programa para la liberación sexual del movimiento gay.
Si la voluntad de saber, heredera de una voluntad de verdad occidental coloca al sexo como la esencia del sujeto, en el pasaje de lo gay a lo queer estaría la posibilidad del abandono del sujeto homosexual a otro de identidad no sustancial, permitiría correrse de la dicotomía hetero/homo y de la definición de este último término en relación al primero como su par “defectuoso”. Con estas premisas, Foucault inauguró el amplio campo de los estudios queer.

Publicado en diario Perfil

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