Mike Buc
Entrevista con Mike Amigorena
Mike
Amigorena no necesita grandes presentaciones. Su presencia en el
horario central de la TV argentina se encarga del asunto. Constructor
de un personaje difícil de encasillar -se presenta vestido y
maquillado, subrayando la ambigüedad de una imagen extravagante-
recuerda, con una voz grave y pausada de actor de radioteatro, cada
vez que lo entrevistan, el paisaje cuyano del lugar donde nació. Y
como los contrastes parecen ser su fuerte, acaba de sacar un libro
que,
a la manera de un perfil de Facebook, conjuga fotografías
familiares, frases manuscritas como sentencias, con
dibujos y pinturas propias que arman el rompecabezas de un artista
que encontró en la performance
el lugar donde mostrar lo que tiene para decir.
¿Cómo surgió
la idea de armar este “buc”? ¿Participaste en el diseño?
La idea de armar
este objeto de diseño, este libro-objeto surgió a partir de la
necesidad que tenía de diseñar algo. Yo pensaba que podía ser un
llavero o un porta-algo y la verdad es que se me ocurrió diseñar
esto que son pliegues impresos con diferentes estados de reposo.
Puede ser un centro de mesa, un móvil, etc. y participé del diseño,
claro está, de la mano de Juan Pablo Cambariere, que es un diseñador
gráfico y experto en tapas de libros. Yo plasmé mi idea y él la
supo interpretar y el resultado está a la vista.
Autobiografía,
diario íntimo, objeto impreso, performance ¿cómo definirías este
libro?
Bueno, esto no es
un libro, sino más bien es un objeto. Así lo definiría a Mike
buc. Puede ser también una especie de cartilla para el baño.
Sos actor, sos
músico ¿el dibujo, la fotografía son para vos otra posibilidad de
expresión?
En realidad no soy
actor ni músico, soy un artista entretenedor que hago lo que siento,
eso es básicamente lo que se me viene a la cabeza. Tengo ganas de
ser actor, entonces me comprometo con la actuación hasta que termina
esa película, ese contrato o lo que sea, para después volcarme a
otra disciplina como la pintura y entonces pinto, expongo y luego hay
un vacío de eso, tiene que pasar un tiempo y voy a otra disciplina.
“Lo mejor de
ser famoso es que no te cobran, lo peor es que pagás por ello” se
lee en una de las páginas/entradas. ¿Cómo vivís este “pacto con
diablo” teniendo en cuenta el perfil alto que tenés?
Ser famoso lo vivo
como parte de mí. No me acuerdo cómo era cuando no era famoso. La
verdad es que trato de convivir, trato de respetar mi intimidad no
exponiéndome y cuando me expongo, bueno, estoy dispuesto a eso. Pero
cuando necesito paz o sosiego, directamente no salgo, me recluyo en
mi casa o en algún hotel.
En una de las
fotos estás vos con cara de prontuario rodeado de tres policías muy
sonrientes. ¿Dónde fue tomada?
Hay una foto donde
estoy con policías, sí. Bueno, esa foto me la tomé en la vereda de
mi casa, en Maipú. Pasaron los policías, yo estaba en la vereda, en
cueros y la verdad es que se asombraron, no lo podían creer, me
preguntaron si se podían sacar una foto conmigo, les dije que sí y
me sacaron la foto y yo opté por la postura de detenido, me puse
serio y con las manos para atrás.
Y aunque no lleva
dedicatoria, intuimos que en su infancia provinciana estarán los
destinatarios de este libro singular.
Publicado en diario Perfil, 20/12/2014