viernes, 30 de noviembre de 2012

Deseo y electricidad


Los electrocutados
de J. P. Zooey



Un hilo recorre este texto caótico y coherente como un laberinto: un hilo de cobre, el que conecta, en ondas eléctricas, a la humanidad, transmitiendo información a través de un mar electrificado, tal la definición de internet que da el narrador. Pero sus anacrónicos protagonistas, el profesor de “Historia de las Ideas Menores” de la Universidad Virtual Tebeo, Dizze Mucho, y su hermana Oidas (nombres que reivindican la conversación por sobre el mensaje) se comunican a través de cartas manuscritas, escuchan discos de vinilo y miran videocasetes. Tienen una misión autoimpuesta desde la infancia: descifrar el significado del universo y mantenerse simbióticamente unidos. Y tienen algunas pistas: la imagen del transbordador Columbia desintegrándose en el aire como un pájaro de fuego, el sonido del violín en un adagio de Bach, el signo de interrogación que forma la cola de un gato yéndose o los grafitis (otra forma premoderna de comunicación) que la secta de los Humanistas esparce por la ciudad.
Las infinitas hipótesis acerca del origen del universo (como la teoría de Tales, reelaborada, acerca de la electricidad como principio de la vida; o la de un poeta ruso futurista y ornitólogo, de los hombres descendiendo de pájaros psicóticos; o la definición de los gatos como divinidades que vinieron a instalar en la tierra la interrogación; o la frase de Lenin, “el comunismo es soviets más electricidad” y el cerebro como una red neuronal, que llevó a desarrollar la red de redes) son utilizadas por un periodista desocupado, J. P. Zooey, para elaborar sus personales teorías sobre el origen de la humanidad con el primer acorde eléctrico que dieron los Beatles en 1960 y que ambos se usurpan haciendo del autor de esta exquisita reflexión sobre la humanidad, una alucinación colectiva.

Publicado en diario Perfil

No hay comentarios:

Publicar un comentario