Feria de Editores 2024
Más de una década de vida tiene la
feria de editoriales independientes de Buenos Aires, la FED, como se la conoce
en nuestro ecosistema editorial, lo que confirma la vitalidad de una industria
a pequeña escala que enriquece la vida cultural de nuestra golpeada sociedad,
publicando lo mejor de la literatura contemporánea y haciéndonos conocer los
primeros títulos de
jóvenes autores de nuestro país.
Con 330 editoriales nacionales e hispanoamericanas,
charlas, entrevistas a autores internacionales como la canadiense Marie-Pier Lafontaine, autora de Perra y
Armas para la rabia, el
noruego Thomas Reinertsen Berg, autor de El origen de las
especias, ambos, publicados por Godot, la franco-senegalesa Seynabou Sonko, autora de Djinns,
su primera novela, publicada por Sigilo, la española Luna Miguel, autora de Leer
mata, publicado por Concreto editorial y la autora estadounidense Deborah
Eisenber autora de Taj Mahal, Relatos y La venganza de los
dinosaurios, todos por Chai editora, y sobre todo, muchos buenos libros con descuento. Sus
organizadores, conscientes de la importancia que las librerías tienen en la
difusión de los nuevos autores, eligieron premiar a aquellas que consideran le
ponen un plus a este hermoso oficio, entre cuyos finalistas se encontraba Libro
de Oro, de la capital tucumana.
Durante cuatro días, los lectores
disfrutaron de todas estas actividades, pudiendo compartir con los responsables
de esta heroica empresa, la de editar en forma independiente, la felicidad de acceder,
de primera mano, a la mejor literatura y en un solo lugar y llevarse de regalo
un libro escrito e ilustrado por autores argentinos cuyo tema, esta vez, fue la
violencia.
Cuáles
son los criterios curatoriales que llevan a los editores a publicar estos
libros; cómo escribir en un mundo al borde del colapso; qué es lo que se juega en
el cruce de dos prácticas en la novela gráfica; por qué los movimientos
progresistas como los feminismos se han transformado en blanco de las peores
críticas; cómo narrar la locura, las adicciones o la muerte; la escritura como
denuncia en el límite de la literatura o escribir entre lenguas y la riqueza de
la mezcla de tradiciones e identidades fueron algunas de las charlas que se
dieron durante estas jornadas.
Con
mucha, mucha gente y un clima de verdadera fiesta de la literatura, las caras
de cansancio y felicidad de los editores a cargo de cada uno de los stands
anunciaba que, contra todo pronóstico (los precios de los libros es el
principal escollo para los buenos lectores), habían tenido buenos resultados en
términos de ventas, lo que habla de una sociedad que, educada en instituciones
públicas, masivas y de calidad, a pesar de todos los pesares, sigue apostando
por la cultura como uno de sus principales bienes.
Librería
“Libro De Oro”
Natalia Viola es la responsable de una de las
seis librerías seleccionadas finalistas
del premio a la “Mejor labor librera”. Ella nos cuenta que fue una hermosa
noticia “porque de alguna manera significa que el trabajo que hacemos desde la
librería es reconocido por quienes trabajan con nosotros, o sea, las
editoriales independientes y sus editores.” También considera que es un gran avance
en la mirada federal, tan necesaria para esta actividad y desea que sea el
comienzo de un crecimiento mayor. “Las librerías independientes tenemos la
enorme responsabilidad de ser refugio para las editoriales más chicas o que
están fuera de la lógica comercial de las grandes cadenas. En eso radica
nuestro valor: acercar los libros que nunca van a estar en los escaparates de
las grandes expendedoras de libros.”
Con respecto
a la circulación de los libros editados y escritos en Tucumán, considera que la
buena distribución es un punto clave. “Los autores tucumanos y las editoriales
tienen poco espacio para la venta, que es el último eslabón en la cadena de
producción. Nuestra librería recibe constantemente ediciones locales, muchas de
las cuales las acercan los propios escritores. Y esa es la realidad, no todos
acceden a un circuito formal de distribución, ya sea a través de las propias
editoriales o de distribuidores. De todas maneras, aunque esto sucediera, hay
que formar a los lectores en la búsqueda de nuevos escritores, tucumanos o no,
que no sean siempre los que ofrece el mercado. Es un trabajo que en el caso de
la librería lo hacemos a través de los talleres y los clubes de lectura que
funcionan aquí. Creo que debería replicarse mucho más, desde otros sectores
vinculados a la cultura de la provincia. En todo caso, la compra de un libro es
la punta del iceberg, por debajo tienen que existir lectores ávidos que busquen
lo distinto, pero ¿cómo van a buscar algo diferente si no se les ofrece, si no
lo ven, si no reciben reseñas y críticas que les despierten el interés? Creo
que aquí las librerías independientes tenemos un rol clave y una oportunidad.” Tanto
como los suplementos culturales, podríamos agregar, indispensables para la
difusión de la buena literatura.
Publicado en La gaceta literaria, 18/8/2024
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