Salvaje
federal, la primera librería con un fondo editorial íntegramente formado por
libros escritos y editados en las provincias, surgió del encuentro y el deseo de
cinco amigas: Maricel Cioce, Carla Gorlero, Natalia Peroni, Raquel Tejerina y Selva Almada, quienes, pandemia
mediante, decidieron lanzarla en forma virtual a la espera de poder abrir la
librería física y convertirla en un lugar de encuentro de los autores y las
literaturas que habitan nuestro territorio.
De eso
hablamos con Selva Almada, una autora “de provincias” cuyos libros ya traspasaron
varias fronteras e idiomas.
¿Cómo surgió Salvaje federal?
Nosotras nos conocimos en un taller de escritura que yo coordinaba y después
nos hicimos amigas y en esas charlas informales, un día Maricel dijo
que su sueño era tener una librería y ahí Natalia contó que ella, de chica,
jugaba a tener una librería. Las demás dijimos, bueno, las apoyamos y vemos
cómo seguimos. La primera cosa que se nos ocurrió fue armar una librería itinerante.
Por qué no armar un book-track dijimos, que pueda moverse por los parques de la
ciudad, pero después pensamos en poner una librería tradicional y buscamos un
lugar. Cuando la idea tomó forma nos pusimos a pensar en cómo sería la librería
y se nos ocurrió que estuviera dedicada a las literaturas de las provincias, ya
que en Buenos Aires circula muy poco. Sólo se conoce lo que podemos ver en los
suplementos literarios, que se pueden ocupar de algún escritor de provincia
cuando está publicado por una editorial importante, sino, es muy difícil
rastrear esta literatura. Entonces, nos entusiasmamos con la idea de hacer
circular estas literaturas.
¿Qué pasa con
los libros de las grandes editoriales?
Las editoriales grandes no entran por el momento
dentro de nuestro radar, porque las autoras y autores que publicamos ahí ya
tenemos mucha difusión a través de sus propias vías. Nuestro propósito es el
rescate, ese es nuestro pequeño aporte a la circulación de estas literaturas menos
conocidas. Después vino la pandemia y pensamos que era una buena oportunidad para
reconvertirla en una librería online y cuando se pueda, sí, tener un espacio. Y
la verdad que terminó siendo mucho mejor de lo que habíamos pensado, porque no
sólo permitió traer esas literaturas y hacerlas circular por Buenos Aires, sino
que viajen por otras regiones del país, donde tampoco se conocen.
¿Por qué
“salvaje federal”?
Más allá de la referencia histórica tan conocida de
“salvajes unitarios”, básicamente nuestro objetivo es ser una librería lo más
federal que podamos y salvaje en el sentido de tener que ir a descubrir esas
literaturas desconocidas, pero también en oposición a lo establecido, a las recomendaciones
de los suplementos. Como una lectura más curiosa, arriesgada, sin tantas
ataduras con el canon impuesto. La idea es construir un lector que se anime a descubrir.
Tenemos muchos autores consagrados, pero sobre todo mucha literatura
contemporánea nueva.
Los nombres
de las secciones (Literatura fluvial, montaraz, andina, pampeana, patagónica) hablan
de una idea de literatura regional. ¿Esa es la literatura que te interesa?
A mí me gustan las escrituras que tienen sus
particularidades, no me interesan los lenguajes neutros que suele ser una
tendencia hoy, pensando en que ese libro se pueda leer en cualquier parte del
mundo. A mí me interesan las literaturas donde se puede ver un universo formado
por el lenguaje que a veces puede dar cuenta de una región real o imaginaria. De
esas particularidades hay muchísimo en las literaturas de las provincias, por
eso me parece muy valioso que tengan más circulación.
¿Cómo llegan
a las pequeñas editoriales provinciales?
Estamos todo el tiempo buscando a través de las redes sociales,
en internet. Así descubrimos una editorial tucumana, Gerania, que próximamente
va estar en la librería, que es muy nueva y nos gustó mucho.
¿La librería se
propone como un modo de intervención cultural, más allá de lo comercial?
Sí, de hecho, la idea del espacio físico sigue en pie
porque queremos que ahí se produzcan cosas. Queremos invitar a escritores de
las provincias a dar charlas y que ese espacio físico sirva para generar
encuentros, lazos, que cuando esos escritores vengan a una feria o a un
festival, tengan un lugar en Salvaje federal. Así que sí, excede lo comercial y
tiene más que ver con la promoción cultural de esas literaturas.
Es una toma
de posición fuerte en relación al estado de nuestro campo cultural.
Tiene que ver no sólo con una estética sino con una
política. Para empezar por algo obvio: la literatura argentina está hecha con
autores de provincias, más allá que Buenos Aires haya sido la vidriera. Es un
poco ubicarse en los bordes y a mí me convoca desde la escritura y desde la
lectura. Del Chaco me acaba de llegar un mail de un grupo de artistas que
tienen una editorial, Literatura tropical, así que también vamos a tener libros
de ellos. Es decir, claramente, a lo largo y a lo ancho del país se producen
cosas todo el tiempo, sólo que no nos enteramos.
Publicado en La gaceta de Tucumán, 17/1/2021
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