Acequia
Casi seis décadas nos separan de la aparición del realismo mágico, y si bien sus epígonos lo convirtieron en una fórmula, algunos pocos, como es el caso de este autor, lograron hacer una relectura de esta tradición para hacerla resonar en su obra y construir un camino propio. Ganadora
del premio Las Yubartas, concedido por un grupo de editoriales independientes
de América Latina junto a la feria del libro de Nueva York, esta novela, un
caleidoscopio de relatos inexplicables, personajes entrañables, mitos y
referencias literarias unidos entre sí, hace de la puesta en abismo y de los
juegos ópticos el procedimiento formal con el que construye la imagen de su
ciudad amada, Cuernavaca.
Diseñada, según su narrador, como un
gran “trompe l’oeil” (trampantojos, en la hermosa variante mexicana del español),
es un laberinto de calles que no siempre llevan adonde se cree, de rutas que
devuelven a los viajeros al mismo hotel abandonado volviéndolos locos, de
grietas donde perderse en un tiempo dislocado, de edificios poblados de espejos
desde donde ver, como en un Aleph, toda la ciudad. Un mundo donde las
combinaciones aleatorias, las analogías, los ecos, las resonancias y los juegos
visuales producen pequeños y hermosos relatos, a la manera de Aira. Y donde el malentendido
funda un nuevo género literario, el de los escritores apócrifos, publicados por
la editorial de “Lucía Pensamiento Borges”. Toda una declaración de principios
literarios.
Y
esta novela, que hace del fragmento y del juego de espejos su razón de ser,
también puede ser leída como un tratado sobre el humor y un homenaje a la gran
tradición mexicana que tuvo en Cantinflas y Chespirito sus momentos más altos,
aquellos en los que hicieron disfrutar a sus espectadores con el sinsentido del
lenguaje, sus chistes y todo aquello que permita salir de la cárcel de la razón.
Porque de lo que se trata es de
jugar, parece decirnos, y en lo posible, haciendo trampa, que es el origen,
finalmente, de la literatura, cuando las mentiras resultan el mejor atajo para
sortear una realidad insatisfactoria o las podemos hallar en lo que funda los
mitos, como el de la Virgen del Naufragio, cuyos fragmentos (los verdaderos y
los apócrifos) encontrados por los fieles motiva la peregrinación anual en su
nombre.
Todos sabemos cómo los niños se
apropian del mundo a través de los juegos. Esta novela, de lo mejor de la
literatura latinoamericana actual, nos propone la misma experiencia de lectura,
lúdica y poética, como el mundo del infans.
Publicado en La gaceta literaria, 13/4/2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario