"Ninguna riqueza es inocente"
De visita en la Feria del Libro para
hablar sobre el “neopolicial”, conversamos con el iniciador del
género, Paco Ignacio Taibo II, surgido a mitad de los años setenta,
cuando un grupo de autores hispanoamericanos pensaron que podía ser
“el gran revelador de la podredumbre de su sociedad”.
¿Las ficciones estaban basadas en
hechos reales?
“Estaban basadas en sociedades
reales. La característica es que en el crimen se mezcla abuso del
poder, corrupción del estado, guante blanco. Lo que había en común
era el estado de nuestras sociedades desde la óptica de un policíaco
no tradicional. Por ejemplo: en las novelas de toda esta generación
vas a encontrar una preocupación enorme por construir atmósferas
urbanas, por no tener personajes secundarios, por experimentar con el
humor negro. De repente lo que había sucedido era el impacto del 68
que recorre París, México hasta el Cordobazo argentino, pasando por
el encierro en Montserrat de los intelectuales contra Franco. Toda
esta movilización social había caído sobre nosotros, invitándonos
a hacer una literatura de cierto tipo y lo curioso es que no ha
perdido vigencia. Sigo leyendo a mis colegas de esos años y se leen
muy bien. Es cierto que teníamos buenos “padres”: estaban
Hammet, Chandler, Thompson, el cotidianismo de Simenon, los primeros
suecos”.
Dirigió además las colecciones de
novela negra de las editoriales Júcar y Thassàlia, ¿una forma de
establecer un diálogo literario entre México y el mundo? “Fue
algo más importante: formaba parte de toda una escuela de
comunicación horizontal en un mundo que estaba convirtiéndose en
vertical. La “Semana Negra” de Gijón fue lo mismo, un
experimento para horizontalizar el contacto. Aparte que no hay nada
más divertido que dirigir colecciones porque tienes que leer un
montón y además, te pagan. Fue un modo de decirle al lector: ¡mira
todo lo que hay!”
Si cada período histórico tiene un
género que lo representa: el siglo XIX, la novela realista ¿la
novela negra sería el género del siglo que comenzó con la 1ra.
Guerra, cuando el mundo ordenado del policial clásico estalló en
pedazos? “Sería el género de finales del siglo XX -corrige-
porque hasta los sesenta, fue el reinado de la ciencia ficción,
donde se sitúan las visiones peligrosas de la sociedad. El neo crece
en los 70”.
Alguna vez este género fue
definido como el mejor cronista del poder, en ese sentido, piensa que
se lo podría vincular con el marxismo, el anarquismo, con cualquier
visión anti-sistema que ejerce una crítica al estado de las
sociedades, a veces, involuntariamente, dando cuenta de sus causas.
En cuanto a su capacidad de denuncia,
cree que está implícita en casi todos los textos de esta generación
de narradores. “La frase ‘ninguna riqueza es inocente’ puedes
ponerla en la portada de cualquiera de nuestras novelas”,
reflexiona.
“Muéstrame un asesinato y te diré
qué tipo de sociedad tienes” dice una frase popular. ¿Ayotzinapa
es México?
“Lamentablemente, sí. El retrato de
lo peor de la relación del poder en México con los ciudadanos es
Ayotzinapa. Es el encubrimiento, la vinculación de lo parapolicial
con el aparato del Estado, la mentira. Una novela donde el asesino es
el propio Estado”.
Publicado en diario Perfil, 9/5/2015
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