lunes, 8 de abril de 2013

El largo adiós


La ridícula idea de no volver a verte
de Rosa Montero


Este libro nació por pedido, como tantos que los grandes sellos editoriales encargan a sus escritores rentables, como es el caso de Rosa Montero. La excusa fue la publicación del diario de Marie Curie, unas pocas páginas hermosamente escritas el año posterior a la muerte de su marido que le provocaron a su autora “ganas de usar su vida como vara de medir para entender la mía; y no estoy hablando de teorías feministas, sino de intentar desentrañar cuál es el #LugarDeLaMujer en esta sociedad en que los lugares tradicionales se han borrado.” (Los usuarios de Twiter sabrán qué es ese numeral seguido de ese grupo de palabras y el libro incluye un índice de estos hashtags con las páginas donde aparecen).
Que no está hablando de teorías feministas queda claro a poco de leer las notas que fue tomando a partir de las lecturas sobre la vida y la trayectoria de esta mujer asombrosa que tuvo que endurecerse para quebrar los límites que su origen y su condición de género le marcaron. Y si encuentra en la vida de Curie una vara para entender la propia, no es en su calidad de pionera sino en la brutal experiencia de la muerte del compañero que ambas padecieron y que configura el tema central del libro. Queda por discutir si los lugares tradicionales han desaparecido pero no es éste el espacio donde debatir estos temas, que son abordados desde el lugar común que abruma las revistas femeninas, como cuando habla de la debilidad de los hombres, “una gran verdad que todas conocemos pero ninguna menciona” y que se refuerza con la segunda persona a la que este texto se dirige, un “vosotras” que lo liga todavía más al universo de las publicaciones femeninas.
La vida de Manya Sklodowska, tal su nombre original, los poderosos enemigos que tuvo que enfrentar -además del patriarcado- como el comité del premio Nobel pidiéndole que no fuera a Suecia a recoger el premio (el ¡segundo! que ganó, en 1911, de Química) por el escándalo que se desató cuando se hizo pública la relación clandestina que mantenía con otro científico (casado), por la cual fue acusada de adúltera -para empezar- cuando ya era viuda, merecería, sí, ser leída a la luz de la teoría literaria feminista. Quizás resultaría mucho más provechoso que las notas espontáneas tomadas por una escritora sensible y exitosa.

Publicado en diario Perfil 7/4/13

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