sábado, 30 de abril de 2022

Carolina Sanín: "En la escritura busco mi salvación"

 

Entrevista a Carolina Sanín

 

Carolina Sanín es una prolífica autora colombiana nacida en Bogotá, en 1973, con una importante obra que incluye libros de ensayo sobre literatura medieval (su especialidad), relatos, cuentos, novelas, libros infantiles y hasta un libro de novenas ilustrado.

Es doctora en Literatura Hispánica por la Universidad de Yale y especialista en literatura de la Edad Media, dicta talleres de escritura y es columnista en diferentes medios.

Leída cada vez más en nuestro país gracias a la editorial Blatt&Ríos que comenzó publicando Los niños en el 2018, luego, Somos luces abismales en el 2020 y Tu cruz en el cielo desierto en el 2021, hoy se encuentra en Buenos Aires para asistir a la Residencia de Escritores que organiza el Malba.

Allí le dará forma a una colección de textos autobiográficos inconclusos e impartirá un taller de escritura con el foco puesto en la noche y todo lo que evoca, en el que trabajará, junto a los asistentes, en la producción de imágenes relativas a lo diurno y lo nocturno.

También estará, el 8 de mayo, en la Feria del Libro de Buenos Aires, donde dialogará, junto con la escritora chilena Alejandra Costamagna y la argentino-brasilera Paloma Vidal sobre las relaciones afectivas en tiempos de virtualidad, un tema que elaboró, magistralmente, en la novela Tu cruz en el cielo desierto.

Auténtica heredera de Clarice Lispector pero con una voz propia, su prosa configura un modo de acercamiento a la experiencia para capturar el ser de las cosas, en un viaje filológico por la tradición literaria española de la cual, además, es especialista.

Recién llegada al país, conversamos con ella sobre su particular modo de abordar la escritura ficcional, en el que, muy lejos de lo que conocemos como “autoficción”, conjuga experiencia personal, relato y lectura con un viaje por la historia de la literatura, desde una clara vocación pedagógica.

-          ¿Conocías Buenos Aires o es tu primera vez?

Vine al Filba en el 2018 cuando lo único mío que se había publicado era la novela Los niños y estuve una semana solamente, así que, esta vez, que vengo por cinco semanas, voy a darme el gusto de conocer la ciudad todo lo que pueda.


-          ¿Cuál es el proyecto de escritura que pensás llevar adelante en la Residencia de Escritores, acá en el Malba?

Es un libro que he estado escribiendo los últimos años, una colección de textos, algo así como el “lado B” de Somos luces abismales. Son textos, algunos viejos, otros recientes con esa característica de estar entre el ensayo, la lección y la autobiografía. Son como ensayos en el sentido más “montaignano” del término, que combinan la cita y la reflexión, pero también es un intento de salirse del tema. Para mí el tema es un punto de partida para llegar a otros temas, es la distracción, la asociación de objetos, siempre conectándolos con el hilo autobiográfico.


-          Vas a estar un buen tiempo en Buenos Aires. ¿Qué expectativas tenés en cuanto al intercambio con escritores argentinos?

En cuanto al intercambio con escritores argentinos no tiene que ver con estar aquí o no estar, en mi caso es permanente. Lo que me genera mucha expectativa es el taller con participantes de Buenos Aires, para mí es una forma específica de hacer literatura. Yo valoro tanto mi trabajo como escritora, en soledad, como el trabajo en los talleres que doy. Allí se da un tipo de performance, donde lo que surge en mí y para mi escritura se da en esos encuentros. Es donde yo empiezo a entender de dónde surge la imaginación. Pienso que la obra en el taller es irrepetible, nunca pasa lo mismo en otro taller, con otra gente. En este, en particular, vamos a trabajar el tema de la nocturnidad en la literatura, porque la noche es el espacio de los sueños, del amor y de los cuentos, así como en Las mil y una noches, donde Scherezade cuenta cuentos en vez de dormir. De qué lugar nocturno surgen algunos textos y de qué lugar diurno surgen algunos otros. Y el día y la noche como objetos de observación y escritura. Cómo entendemos el arco del día que es también el arco dramático, el día como unidad de tiempo y como unidad literaria. Y quisiera explorar con este grupo cuáles son las atmósferas de las horas, qué pasa en las distintas horas. Por qué es importante esa estructura del día.

 

-          Los tres libros publicados acá, si bien son diferentes, parecieran pertenecer a un mismo universo, donde se conjugan autobiografía, erudición y un cuidado amoroso en el acercamiento a los temas, al objeto. ¿Qué es lo que buscás explorar en la escritura?

Es la salvación mía lo que quiero explorar. Cada libro es una manera de vincularme con el mundo y cada libro corresponde a un tiempo mío y a un esfuerzo por vincularme con las cosas, de hacerme presente en el mundo y de buscar el amor por el mundo Y ese amor es lo único que supongo puede salvarme del tiempo y la muerte, como a todos. Ese amor contra el miedo a la extinción y el miedo al sinsentido.


-          ¿Y la docencia, qué es lo que le aporta a tus ficciones?

Le aporta todas las cosas que yo pienso mientras doy una clase, en ese escenario que te concentra y te exige, que a la vez es un escenario de total generosidad. No hay nada que yo sepa que no lo diga, ni acerca de escribir ni acerca de las obras que estudio. Y entonces esa disposición que es a expresar todo lo que tengo para decir, alimenta la disposición a la hora de escribir. Casi que todas las cosas en las que pienso me aparecen cuando estoy delante de los estudiantes. Como que necesitara la presencia de otros para producir. Desde el año pasado, tengo un programa de conversaciones en la televisión y es en el diálogo con otro que se me ocurren ideas y además, con un entusiasmo distinto porque son ideas vivas, son para otro y están en el contexto de un reconocimiento mutuo. Este ha sido un nuevo género para mí. Casi que se ha vuelto inseparable dar clases, las conversaciones públicas y escribir. El estímulo del otro para mí es muy necesario para pensar.


-          Sos especialista en literatura española medieval y traducís textos clásicos de varios idiomas, por lo que, tu objeto de estudio es a la vez tu herramienta de escritura. ¿Qué significa para vos el español, tiene que ver con una cuestión de reivindicación, de resistencia?

Para mí el español es la lengua común de los latinoamericanos y es una lengua con la que tenemos, desde luego, una relación ambigua, porque es una lengua que nos impusimos.


¿O nos impusieron?

Bueno ¿quién es ese “nos”? porque nosotros no existíamos cuando la impusieron. Nosotros existimos como hijos de esa imposición. Ahí empieza la contradicción. Para mí el español tiene un rasgo particular y es que los latinoamericanos vivimos la segunda vida de esa lengua, porque la primera vida es la que tuvo en España. Esa lengua, el latín vulgar que es el español, al venir a América Latina, de alguna manera, está viviendo una vida después de la muerte y es una lengua que, por tanto, en América Latina siempre enunció la muerte. Y yo creo que eso es lo que entendió, por ejemplo, Juan Rulfo, en esa conversación de los muertos. El español que se transforma a través del Atlántico es el español que se transforma entre la vida y la vida después de la muerte. (Nota: Un tema caro a la literatura de esta autora, el de la resurrección -que se repite en los mitos, en los cuentos de hadas, en la tradición cristiana- del despertar, que para ella, no es otra cosa que el impulso del deseo). Nosotros estamos hablando (y viviendo) una vida después de la muerte. Por supuesto no es lo mismo en toda América Latina. No es lo mismo para mí que soy colombiana que para hablantes de países como Bolivia o Paraguay, por dar un ejemplo, que son multilingües.


-          ¿Y de la literatura infantil qué es lo que te convoca? (Nota: Publicó los libros para niños Dalia, en el 2009 y La gata sola, en el 2018, que fue seleccionado en la lista White Ravens)

Lo que me encanta de la literatura infantil es que me obliga a cuestionar los términos en los que escribo, a tener que explicarlos y es lo que me divierte. Tengo que recurrir a lo elemental y me obliga a no dar por sabido nada, a evitar los lugares comunes, porque los niños no están tan alienados como los adultos y entonces el lugar común no pasa desapercibido, requiere una explicación, lo cual requiere una exploración. Entonces tienes que terminar haciendo un libro mucho más inteligente y mucho más honesto y responsable en el sentido de cuidar que no sea truculento, que no use trucos retóricos.


-          ¿Cuáles son tus planes de escritura y de enseñanza para este año?

De un tiempo a esta parte, doy cursos sobre libros y autores, que son virtuales y duran cinco semanas, además de los talleres. En diciembre hice un libro sobre la navidad con Power Paola, la historietista, Nueve noches para la Navidad. Es una novena navideña, de nueve pasos hacia la Navidad. La novena es un rezo convencional que se reza en Colombia y la autora es una escritora y monja del siglo XIX que escribió unos textos para rezar entre el 16 y el 24 de diciembre. Entonces una editorial nos pidió que hiciéramos nuestra novena, yo escribí los textos y ella hizo las ilustraciones. Y en lo inmediato, pretendo terminar el libro que vine a escribir aquí, a pesar de todo lo que tengo ganas de conocer y visitar.

 

Recuadro

            Tres son los libros de esta autora publicados hasta el momento en nuestro país. En todos ellos, exhibe una prosa delicada y exquisita con la que logra que las cosas, desde su mirada, se vuelven únicas. 

En la novela Los niños, aborda la construcción del vínculo materno-filial desde un lugar de asombro y contradicción, que pone en cuestión la idea de instinto materno y que reformula el tópico de la Anunciación y del nacimiento cristiano.

Los relatos de Somos luces abismales forman un todo en el que los temas -la guerra, el problema de la tierra, la muerte-se desmarcan del color local y encadenan todo lo que nombran construyendo analogías y juegos de palabras que convierten su escritura en una suerte de filología en acción.

En Tu cruz en el cielo desierto el modelo de la pasión cristiana sostiene una historia de erotismo sin contacto físico, aunque con escenas explícitas, para contar la historia de una relación a distancia que hace del relato de la experiencia de un amor virtual y engañoso un infierno, recorriendo la larga tradición de la literatura amorosa occidental como modo de comprender las causas de ese amor fallido.

A sus deslumbrados lectores, sólo nos queda esperar que el resto de su obra sea publicada en nuestro país.


Publicado en Tiempo argentino, 30/4/2022

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