domingo, 10 de febrero de 2019

Cuadros que narran


Noticias de Pintores

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Después de investigar en bibliotecas de museos de Buenos Aires, Roma y San Petersburgo, María Luque -autora, entre otras obras, de una novela gráfica sobre Cándido López  publicada también por la editorial Sigilo- concibió una bellísima historia del arte, Noticias de pintores, en la que, con sólo dos colores, retrató a noventa y cinco pintores en su ámbito de trabajo. A partir de  detalles poco conocidos de sus vidas, se propuso recuperar el imaginario de cada artista y a la vez, rendir un homenaje a aquellas obras que forman parte de la tradición que la nutrió.
Algo, en este trabajo, recuerda a los manuscritos medievales -esos textos en los que la dimensión plástica predomina- pero sobre todo por el trabajo con los colores, el rojo y el azul, que en este caso, respondió a distintas razones: “por un lado, tenía ganas de probar algo diferente a los libros anteriores, donde había trabajado con todos los colores. También, sabía que iba a estar viajando mucho, entonces poder llevar lo que necesitaba en una cartuchera pequeña era una necesidad para mí y además, achicar la paleta sólo a dos colores genera un desafío súper grande. Entonces, era pensar el dibujo de otra manera y me entusiasmaba eso. Cuando no tenés todos los colores a disposición empezás a pensar cómo llenar esos faltantes y te encontrás todo el tiempo tratando de encontrar soluciones. Fue muy divertido ¡sobre todo cuando me tocó pintar limones!”
Una historia gráfica del arte pensada como la visita de una pintora al tiempo y al taller de otros pintores que su autora define como una suerte de “picnic” o encuentro, y una ocasión para el cruce entre su trabajo y el de los artistas elegidos.
“Yo lo que pretendía era ser un poco testigo de esas cosas que pasaron que yo desconocía sobre la vida de los pintores. Muchos conocemos la oreja de Van Gogh pero hay muchas otras cosas que por lo general quedan ocultas. Y a mí esos momentos me resultaron muy atractivos y siento que me aportan mucho a la lectura de las obras.”
Algunas de las viñetas son reproducciones de cuadros y otras toman esos rasgos de los pintores que los convierten en tales. Quizás, una manera de explorar su forma de ver el mundo, entender cuál era su búsqueda o también reproducir su propia mirada sobre cada uno de ellos.
“Es una mezcla de todo eso. Algunas veces yo trataba de forzar mi dibujo para que se parezca al del artista que estaba presentando. Muchas veces no lo lograba, sobre todo con los que no tengo mucha conexión. Lo que trataba era que en cada uno de los dibujos se pudiera ver un poquito del imaginario del artista. Si bien a veces era a través de pinturas de ellos que aparecían en las paredes, otras veces era en su vestimenta, en los muebles que tenían alrededor. Trataba de ponerle atención a esos detalles. Lo que yo siento es que aprendo a dibujar mirando sus obras y tratando de reproducirlas.”
Muchos de ellos aparecen observándose a sí mismos como obra (como la estatua hecha en honor a James Ensor que él visitaba todos los días o aquella pintora que hace su autorretrato emulando un cuadro de Rubens) en una especie de puesta en abismo. ¿Qué es lo que se juega en esta dialéctica que además es una constante en la historia del arte?
“Pienso que es un poco inevitable. Es buscar hacer lazo con los que vinieron antes. Y además pintar es una acción muy solitaria que requiere de mucha concentración y ahí terminamos todos ensimismados mirando para adentro. Me lo puedo imaginar a Rembrandt que era tan lento para pintar que nadie lo aguantaba y terminaba pintándose a sí mismo. A mí me pasa que cuando quiero contar una historia, como yo soy la persona que más conozco termino contando cosas que me pasan a mí y a veces es una buena excusa para contar cosas que le pasan a otros.”
-¿Cómo hiciste para conjugar tu estilo con el de cada uno de los pintores que elegiste, qué fue lo que privilegiaste, tu estilo o el de ellos?
“Por lo general, el mío, pero hubo algunos casos en que no podía controlar la tentación de forzar mi mano, como, por ejemplo, en las viñetas sobre Ferdinand Léger. Había estado viendo unas obras suyas con esos cuerpos gigantes y esas proporciones extrañísimas que yo no suelo usar pero lo vi y un poco eso se te queda en la mano, entonces para mí fue un aprendizaje gigante.”
-¿Qué nuevas posibilidades ofrece la novela gráfica?
“Bueno, yo, además de dibujar, hacer historietas, pinto y hago muchas cosas simultáneamente y cuando necesito desarrollar una historia que tiene una complejidad mayor, el formato de la novela gráfica es perfecto. A lo mejor no tendría el mismo sentido si esto, en lugar de un libro, fuera una muestra en una galería, la gente haría una lectura diferente, es mucho menor el tiempo que uno pasa frente a una muestra que el que le dedica a un libro, el formato es medio irremplazable. A mí me genera mucha satisfacción pensar que esos dibujos que me llevan tanto tiempo después se van a convertir en algo que va a permanecer en las bibliotecas de la gente.”

Publicado en diario Perfil, 10/2/2019