Cuentos de otros mundos
No hay nada mejor que descubrir que en
el futuro las cosas importantes siguen siendo iguales: el comienzo de
clases es tan incierto como cada mes de marzo, las escuelas adolecen
de espacio físico y de recursos y las maestras se las ingenian para
resolver los problemas, aunque lleguen al colegio en
teletransportador.
Es que la ciencia
ficción es un género muy apropiado para hablar de nuestro presente
y el humor, el procedimiento que mejor lo desenmascara, así como la
parodia, la mejor manera de debilitar al poderoso. Los invasores de
La guerra de los mundos tendrán, en uno de los cuentos, la
forma de un aguerrido bicho de luz al que se lo desarma encerrándolo
en un vaso. En otro, una familia tipo, cansada de vacacionar en las
mismas galaxias lejanas que todo el mundo, se sube a un
“vacacionatrón”, dispuesta a viajar adonde la tecla “azar”
los lleve. Las diferencias físicas -motivo de tantos problemas
sociales- se vuelven grotescas cuando en una clase de yoga con
participantes de todas las galaxias, los seres con las formas más
extravagantes intentan seguir las instrucciones de su humana
profesora.
Y si de minimizar
las diferencias se trata, qué pasa cuando las computadoras y los
robots se niegan a cumplir con su trabajo aduciendo derechos
laborales vulnerados, es lo que descubre un atribulado astronauta, o
cómo se las ingenian en un día de playa los padres de una familia
más que numerosa cuando tienen que lidiar con sus cincuenta y ocho
hijos.
Con pocas
ilustraciones y mucha imaginación desplegada, estos cuentos convocan
a sus pequeños lectores a poner en cuestión los estereotipos y en
el mejor de los casos, a descubrir un género literario que puede
llegar a ser muy serio.
Publicado en diario Perfil, 4/9/2016
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