lunes, 20 de abril de 2015

Para saber lo que es la soledad

Hombres sin mujeres

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Infinitos son los modos en que los lectores abordan un texto. La sociología, la historia cultural y hasta los estudios de la vida cotidiana no dejan de interesarse por una práctica tan esquiva como múltiple. Y uno de los modos posibles es el prejuicio, que no por malpensante deja de tener su productividad.
La primera operación que el lector con prejuicios realiza es ver si se confirman. Pero si no lo guía la animadversión sino una idea de la literatura que implique un trabajo con sus materiales, seguramente encontrará en estos cuentos de Murakami parte de sus sospechas confirmadas. Pero sólo en parte, porque, si bien su prosa padece de una simplicidad por momentos escolar, pareciera albergar en su linealidad pequeños (y delicados) destellos, formas de la intuición o impresiones acerca del misterio que significan para estos hombres solos las mujeres, o en última instancia, de la imposibilidad de conocer al otro. Como la tensión que percibe en la forma de manejar de las mujeres, en el primer cuento, un actor que acaba de enviudar, y que se convierte en la cifra de lo inexplicable de las infidelidades de su esposa.
El amor, en cualquiera de sus formas, estará condenado al fracaso (y acosado por el límite de la muerte), ya que se aloja en “un órgano independiente” -tal el título de unos de los relatos- ingobernable y caprichoso, aún para el metódico cirujano plástico que lo protagoniza, un amante exitoso que al enamorarse descubre la siniestra experiencia de la pérdida de identidad.

Pero hay un único relato, diferente a todos -y quizás el mejor logrado- en que el amor aparece como una posibilidad y comienza de esta forma: “Cuando despertó, descubrió que se había transformado en Gregor Samsa.” La historia de la metamorfosis más célebre de la literatura (y de la experiencia de la soledad más radical) convertida, por obra de una nueva metamorfosis, en un escenario opresivo y kafkiano donde Samsa al fin encuentra una mujer a su medida.

Publicado en diario Perfil, 19/4/2015

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