lunes, 15 de septiembre de 2014

Una clase de mirada

Donde la ciudad termina


“Crees que el color está en las cosas o en la luz? ¿o en los ojos que miran las cosas tocadas por la luz?” Con este interrogante comienza este largo poema escrito por Ruth Kaufman e ilustrado por Daniel Roldán -ambos autores, con larga experiencia en la literatura infantil- acerca de un chico que descubre, de la mano del novio de su madre, los confines de su mundo, la gran ciudad en la que vive.
Ansioso en su lógica infantil por una respuesta urgente que le permita seguir preguntando, se encuentra con un otro que demorando la respuesta, lo invita a conocer “el otro lado”: el campo, que es el lugar donde nació, a través de las historias familiares, como la que tuvo de protagonista al abuelo, quien se trajo, cuando tuvieron que migrar a la ciudad, una gran piedra más pesada que todas las valijas “para poder pensar”.
Y donde la ciudad termina hay un río marrón, que, mirándolo con detenimiento, es la suma de todos los colores conocidos, el lugar que el niño descubrirá después de un largo viaje saturado de edificios, antenas, carteles y autopistas, un mundo de colores plenos donde predomina el gris del cemento.
Pocas experiencias invitan a la desconexión de la vorágine de la modernidad urbana como el contacto con la naturaleza y la lectura de poesía, dos vertientes que este texto une (y que para los pequeños lectores urbanos tiene mucho de descubrimiento y poco de contacto), en contra de la cultura dominante del entretenimiento, que esta editorial, junto con las que conforma el colectivo “Libros para atesorar” viene combatiendo a fuerza de talento y respeto por la inteligencia infantil. Toda una declaración de principios.

Publicado en diario Perfil, 14/9/2014



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