domingo, 23 de octubre de 2022

El autotaller de escritura de Mariano Quirós

 Ahora escriba usted

 

            Un taller de escritura donde el que se larga a escribir es el maestro. Así es el nuevo libro del chaqueño Mariano Quirós, elaborado durante la pandemia para el taller “La luz mala”, que acaba de ser publicado con el propósito de animar a los lectores a perderle el miedo a la hoja en blanco.

            Y comienza diciendo que escribir es como hacer un pozo, es construir un lugar donde refugiarse de las inclemencias del tiempo pero sin dejar de lado la incomodidad.

            Si los tres temas de la literatura son la vida, la muerte y el amor, escribimos con sus hilachas, asegura y convoca, desde el imperativo de las consignas, a cavar el propio pozo donde sacarse el disfraz social y explorar las zonas de incomodidad, para escribir desde la impunidad de la niñez o del saber absoluto de la adolescencia. Nos invita a escribir sobre las rutinas y alterarlas, para dar paso a lo inesperado o a narrar la vida de un perro y explorar el poder sobre otro.

            El cuerpo y los oficios, esos trabajos tan alejados de la vida intelectual, es otro de los disparadores, así como el monstruo que nos habita y que nos empeñamos en domesticar y nos insta a aprovechar el terreno que nos ofrece la literatura para hacerlo emerger y explorar el mal en todas sus formas.

            Transformarse en un espía para inmiscuirse en la vida de otro hasta perder la propia es otra de las propuestas ligada al secreto como motor que hace funcionar la historia y propone narrar un suicidio, ese misterio insondable.

            El viaje, la ruta, el automóvil, desde estos tópicos centrales de la literatura del siglo XX, nos invita a pisar el acelerador y llegar hasta donde dé. Caminar la ciudad, poner el corazón y narrar el amor total o violentarse de todas las maneras posibles, así como narrar la espera, la culpa, las obsesiones o las enfermedades hasta encontrar lo que saca lo mejor de uno.

            Pero sobre todo tengamos fe, nos pide el autor. Porque la literatura, esa religión pagana cuyo ritual es escribir, requiere que nos entreguemos en cuerpo y alma.

Publicado en La Gaceta de Tucumán, 23/10/22

           

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